Baúl de la Memoria
Con mi mente viajare hacia el pasado
Al son del vaivén en el buque del recuerdo
Hasta donde se forjo el germen de tu origen
Y, quisiera así, avivar los bríos en los ijares de las almas
Para enaltecer tú historia
Aunque siempre te dieron a beber uvas agrias,
Oscuras abejas de las montañas,
Aun así, todos no pecaron de ignorancia
Tu constancia fue muy grande,
Pues, yo facturo con orden minucioso
La incursión de tu estampa,
Tú querella inquebrantable en la geografía del destino.
Naciste del capullo a levantar el vuelo
Como recodo que resguarda el mañana.
Tu nombre fue expuesto
Con el lápiz amarillo en las ondas de la ignorancia,
Y amasado con el sudor paciente,
Fruto de años de trabajo
Ímpetu perseverante de hombres y mujeres.
Mi amado terruño natal
Hoy me embarco
En la gran odisea de tu hazaña,
En el tren de experiencias
A recorrer los colores de tu infancia,
Que en tus calles empolvadas tú dejaste
Cual libro magnifico para las nuevas generaciones;
Que hermoso legado!!
Surgiste como una carta de amor en primavera
Te empinaste como un guerrero en la batalla
Y no sucumbiste a la ceguera del olvido;
Concédeme tu indulgencia refinada como el oro
Por archivar en mí retina el más fiel de tus testamentos.
Paillaco, aguas quietas sobre piel silvestre,
Alfarero de una nueva alborada,
Los hualles y las nalcas te elogiaron
Por tu ardor de avellanos y raíces de ciruelos.
Sol de araucanos, casa de valientes
Carruaje de ambiciosos españoles,
La voz de tus noches canta tu linaje
El vals intimo de tus amores;
Rememoro tus excursiones de viejas bicicletas
Que cedían tu júbilo como un concierto,
Todo un jolgorio de niños inquietos,
Los cuales, te adornaban cada tarde
De perlas de dulzuras, de sueños e ilusiones;
Incluso aun, las piedras me dialogan sobre ti
Con viejas herraduras de caballos que van quebrando el viento
Contra las paredes de tu estancia;
Y las espuelas de los arrieros con su campana de agua
Bailan la cueca al cantar la lluvia.
Hoy, somos los hijos de la zaranda de tus quesos,
Del trabajo ferroviario y jornaleros de los campos
Semillero de aquel gran atrevimiento
Persistimos con ánimo dispuesto,
Aunque nos imputen de demencia,
Realzar tu noble estirpe
A la lozanía de los tiempos.
Como olvidarme de los nombres
Que sembraron tenazmente en tu lomaje
Como timbre de orgullo en las mentes
Tu aspiración a comuna,
Más allá de las fronteras de nuestra conciencia:
Don Teobaldo Schmidt, bosque nativo
Orador insigne de todas nuestras convicciones
Le llamaban el “Kayser” todo un bólido de acero:
Voluntad social de largo aliento,
Paisaje nutrido, cual emblema de pertenencia,
Filtro riguroso de la libertad,
Diseño intelectual de aciertos y equivocaciones,
Ventana abierta a la participación
Para crear una nueva sociedad.
Juan Luis Vásquez y Pineda, arcano de un nuevo continente,
Bastión de importante savia,
Acervo de valía y progreso.
Huella potente
De una gruta de un espeso ramaje,
Tejido como la flor del canelo,
Columna vertebral de una gran descendencia.
Don Henríquez Luer; ingeniero constructor de nuestra identidad,
Labró tus voces de rincones marginales,
Alzo el estandarte de tu carácter,
Asentó los márgenes de tu horizonte,
Sustentando firmes argumentos,
Como un padre que lleva de la mano a su hijo,
Para zafarte de las amarras
De capitales dominantes.
Tegualda Moreno impulsora de la sabiduría,
Embajadora de las primeras enseñanzas,
Claro espejo de escuelas
Olas que besan mi barca,
Aguda espada con la que dio muerte a la ignorancia.
Vocación creadora del pensamiento
Versos de un poema
Césped de ensueños en la infantil armonía
Verdadero caudal de la inspiración del lenguaje.
Protagonista de la esperanza,
Persistente conciencia que moldeo el carácter
Como una palabra viva cuando nacía una flor.
Su personalidad fue capaz de concebir
Un amparo construido de amor,
Señal que traspasa una visión de valor,
Como un golpe de gracia a florecer los cerezos
Cuando surcaban las aves rumbo al mar.
Don Federico Reuter, pan cordial,
Pulpería donde no escaseaba la amistad,
Ruta de entrada de extensas conversaciones,
Artesano de los acuerdos, orden y prolijidad,
Un libro abierto a no despreciar.
Así, hay una lista interminable de ejemplos
Todos contribuyeron con su sello paternal
A construir lo que es hoy nuestra cuidad,
No hay mejor consecuencia
Una idea que se hizo realidad.
Son tantos los acontecimientos guardados
En mi baúl de la memoria,
Los niños atesoraran esta herencia,
El como fue tu nacimiento,
Idea que se convirtió en verbo,
Un camino azul creado en la historia.
Las estrellas serán los testigos cual ha sido tu progreso.
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